BUENOS AIRES, 10 May. (Mario Poliak) -
El Gobierno y la CGT sacaron conclusiones disímiles sobre el nivel de acatamiento que tuvo el paro general realizado ayer en todo el país, en tanto la central sindical amenazó con nuevas medidas de fuerza si no se producen cambios en la situación económica y social que afecta a los trabajadores y a otros sectores de la población.
"Nos están llevando a un extremo", dijeron distintos referentes gremiales, que a la par celebraron el "alto acatamiento" que tuvo la medida, la segunda contra el gobierno del presidente Javier Milei.
En cambio, voces del oficialismo coincidieron en calificar de "fracaso" a la huelga general, aunque al mismo tiempo advirtieron que la protesta le costó "520 millones de dólares" al país.
Para la CGT, sin embargo, "la contundencia del paro demuestra que tienen que tomar nota" en el Gobierno del clima social imperante en el país, según dijo uno de los principales dirigentes de la central, Héctor Daer, del sindicato de la sanidad.
"Nosotros tomamos nota del acompañamiento", enfatizó el gremialista durante una conferencia de prensa, junto a los otros referentes de la CGT, en el histórico edificio de la calle Azopardo.
Aunque el Gobierno lo niegue, la medida de fuerza fue contundente, en parte, gracias al apoyo recibido por todos los gremios del transporte, que con la excepción de la empresa DOTA, la principal flota de colectivos, adhirieron a la huelga. Sólo circularon algunas unidades en la zona del AMBA, que recibieron piedrazos de parte de activistas.
Para Pablo Moyano, otro de los más altos dirigentes cegetistas, "el paro les dolió", al tiempo que advirtió que podría haber "mayor conflictividad" si el oficialismo no modifica sus políticas.
Sus palabras merecieron la respuesta del ministro de Economía, Luis Caputo, quien se refirió al camionero como "un mero matón al que el país entero detesta". Moyano había cuestionado puntualmente la solidaridad expresada por el funcionario hacia los trabajadores que no pudieron concurrir a sus lugares de tareas.
"Que Caputo hable de los trabajadores es como que (el múltiple femicida Ricardo) Barreda se ocupe de la familia", ironizó Moyano, a lo que Caputo le respondió que sus "continuos insultos son bienvenidos, ya que vos sos -le dijo- todo lo que ningún argentino de bien quiere ser. No representás a nadie".
A su turno, el Gobierno insistió, a través de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, con la presunta "debilidad" de la medida y argumentó que los atentados que recibieron las unidades de la empresa DOTA eran una muestra de ello.
Al respecto, se informó que la Policía de la Ciudad había arrestado a 12 personas presuntamente involucradas en estos hechos, a quienes se los acusó de "amenazar y extorsionar a trabajadores de empresas de transporte". También se indicó que en el interior de un vehículo en el barrio de Villa Soldati los uniformados se habían incautado de un palo, un cuchillo y una vara de metal extensible.
Bullrich anunció que "mañana (por hoy) judicializaremos todo", y se refirió a las "más de 3.500" denuncias recibidas en la línea telefónica que habilitó el Gobierno a ese fin.