Publicado 10/05/2024 13:27

ARGENTINA.-Malvinas: Ex jefe del Ejército revela detalles de un pacto secreto entre GB y Chile

Archivo - Bandera británica en Port Stanley, en las islas Malvinas o islas Falkland
Archivo - Bandera británica en Port Stanley, en las islas Malvinas o islas Falkland - ARNOLD DRAPKIN / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

BUENOS AIRES, 10 May. (Mario Poliak) -

El ex jefe del Ejército y veterano de la guerra de Malvinas, general Martín Balza, dio detalles del presunto "pacto secreto" entre Gran Bretaña y Chile durante el conflicto armado de 1982 contra la Argentina y confirmó así la traición del gobierno de Augusto Pinochet hacia su vecino país.

Según dijo Balza, en abril de 1982, el entonces embajador trasandino en Buenos Aires, Sergio Onofre Jarpa, declaró: "En lo que se refiere a Chile, la Argentina tiene las espaldas cubiertas" y que, incluso, Pinochet "llegó a hablar de 'neutralidad'", pero que la historia fue muy distinta.

En una nota publicada en varios sitios argentinos de noticias, Balza recordó que días después del 2 de abril de 1982, en que la Junta Militar encabezada por Leopoldo Galtieri recuperó de manera temporal el archipiélago austral, "el embajador británico en Chile, John Heath, inició conversaciones para arribar a 'entendimientos' con los chilenos y lograr su apoyo en el conflicto".

Reveló que el jefe de la Fuerza Aérea chilena y miembro de la Junta Militar, general Fernando Matthei, recibió en Santiago al capitán de la RAF David Edwars, jefe de Inteligencia en un cuartel del Reino Unido, "quien le entregó una carta de su comandante en jefe, Sir David Great, en la cual solicitaba apoyo".

Balza sostuvo que Pinochet "prestó su consentimiento", dado que "vieron una gran oportunidad para reforzar su fuerza aérea, contribuir a la victoria británica y posicionarse mejor en el diferendo del Canal de Beagle", que hizo eclosión en 1978.

El ex militar y ex embajador argentino, quien escribió la nota al cumplirse un nuevo aniversario del inicio de las acciones bélicas en el Atlántico Sur, relató que Matthei dijo que "a nosotros no nos convenía que los argentinos les pegaran (sic) a los ingleses, porque entonces (ya lo había dicho Galtieri) seríamos los siguientes".

Pese a que Margaret Thatcher pretendió presentar el conflicto entre un país democrático y una dictadura, "es difícil aceptar", dijo Balza, que desconociera que "en Chile, al igual que en nuestro país, gobernaba una dictadura acusada de graves violaciones a los Derechos Humanos".

Balza, quien en su momento denunció los métodos ilegales utilizado en la represión antisubversiva y quien además, ya en democracia, se desempeñó como embajador en Colombia y Costa Rica, además de jefe del Ejército durante el menemismo, puntualizó una serie de cuestiones en las que tanto Chile como el Reino Unido se habrían visto beneficiados por el acuerdo.

El uso de la base aérea de Punta Arenas para los aviones y acciones de inteligencia y espionaje de la RAF, que utilizó en sus máquinas el emblema de la Fuerza Aérea Chilena (FACH). Dijo que también se autorizó a las fuerzas especiales británicas a operar en su territorio.

Otro de los puntos que señaló es el intercambio de información e inteligencia, incluyendo el monitoreo y descriptado de códigos y señales argentinos, "que les proporcionó la Armada chilena".

Agregó que, por su parte, Chile obtuvo seis bombarderos de gran altura Camberra, usados en operaciones secretas durante el conflicto, un escuadrón de caza bombardero Hawker y parte del armamento argentino que quedó en Malvinas, así como el crucero Glamorgan, que se encontraba averiado.

También la derogación de las restricciones británicas a ventas de armas a Chile, la provisión de uranio enriquecido y la oferta de un reactor nuclear inglés tipo Magnox. Asimismo, el apoyo político y diplomático para neutralizar las investigaciones realizadas por las Naciones Unidas con relación a la violación de los DD.HH. por parte de la dictadura pinochetista.

Balza también dijo que "nuestras comunicaciones en Malvinas eran interferidas permanentemente por anónimos corresponsales chilenos -soy testigo de ello- que proferían insultos y comentarios hirientes hacia nuestras tropas" y que "también desplegó efectivos militares en la zona limítrofe con nuestra Patagonia, para obligar a distraer fuerzas propias".

Por último, el militar retirado afirmó que "sin duda, la revelación más contundente sobre el apoyo chileno a Gran Bretaña surgió públicamente el 9 de octubre de 1999, en oportunidad de la conferencia anual del Partido Conservador británico, cuando la llamada 'Dama de Hierro', Margaret Thatcher, entre otros conceptos, expresó: 'Chile es nuestro más viejo amigo en Sudamérica, desde que el almirante Cochrane ayudó a liberar a Chile del opresivo dominio español".

Además, Thatcher sostuvo entonces que "el presidente Pinochet fue un incondicional del Reino Unido cuando la Argentina invadió las Falkland (sic) y nos brindó valiosa asistencia (...). El, y el general Matthei, entregaron oportunas alertas de inminentes ataques aéreos argentinos que permitieron a la flota británica tomar acciones defensivas'".

Balza finalizó su artículo remarcando que "es curioso que los sucesivos gobiernos que la Argentina tuvo desde entonces echaron en la bolsa del secreto todas esas pruebas, con la excusa de no producir deterioro en la relación con el vecino".

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