MADRID 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Exteriores de Colombia, Rosa Villavicencio, ha anunciado este lunes que ha renunciado al visado otorgado por Estados Unidos como gesto de solidaridad con el presidente colombiano, Gustavo Petro, a quien la Administración de Donald Trump retiró dicho permiso por unas declaraciones en las que instaba a los soldados estadounidenses a desobedecer las órdenes del inquilino de la Casa Blanca.
"Como ministra de Relaciones Exteriores he decidido renunciar al visado estadounidense. Es un acto de dignidad frente a la inaceptable decisión de revocar el visado al presidente de Colombia. Nuestra soberanía no se arrodilla. Colombia se respeta", ha declarado a través de su perfil en la red social X.
Posteriormente, su oficina ha emitido un comunicado en el que ha justificado la "renuncia irrevocable" de la jefa de la diplomacia colombiana como "un acto de coherencia política, por la dignidad" del país "y en rechazo a la injerencia extranjera". "Ni visados diplomáticos que limiten opiniones ni recortes a la soberanía", ha agregado.
"Estados Unidos, al vulnerar las normas diplomáticas internacionales y atropellar nuestra inmunidad, se presenta como juez y parte de sus propias arbitrariedades. Con esta decisión, confirma su pretensión de condicionar la soberanía colombiana", ha asegurado la cartera ministerial.
En este sentido, ha subrayado que no aceptan "que un poder extranjero disponga quién puede hablar o asistir a instancias internacionales en representación del Estado colombiana". "La dignidad de nuestra nación no es negociable", ha añadido.
Por último, ha defendido la actuación de Villavicencio: "La ministra deja constancia de que actuó siempre con lealtad al país, y reafirma que Colombia seguirá adelante, independiente, con plena autonomía para alzar su voz donde considere justo y necesario".
La decisión de la Administración Trump respondía a unas declaraciones de Petro en una marcha a favor de Palestina en Nueva York en la que participó y en la que instó a los soldados estadounidenses "a no apuntar contra la humanidad sus fusiles". Tras ello, Bogotá propuso reubicar la sede de la ONU en un lugar "neutral" y que sea la propia organización de Naciones Unidas la que se encargue de expedir las autorizaciones de ingreso.