MADRID 15 Ago. (EUROPA PRESS) -
El líder del régimen talibán, Hibatulá Ajundzada, ha ordenado a los ministros y demás autoridades del país que dejen de utilizar el término "interino" en sus respectivos cargos, un simbólico paso con el que quiere evidenciar la consolidación del Emirato Islámico en el cuarto aniversario del retorno del grupo integrista al poder.
Ajundzada ha subrayado este viernes que la actual cúpula seguirá buscando "la prosperidad y la paz" del pueblo en estricto cumplimiento de la 'sharia' y ley islámica, bajo la cual los talibán han justificado todo tipo de violaciones de los Derechos Humanos en estos últimos cuatro años.
Cada 15 de agosto, el régimen conmemora su "gran victoria" y la "liberación" que, según entienden, lograron frente a la "ocupación" de Estados Unidos y sus aliados, como ha recordado el principal líder en un mensaje recogido por la agencia Pajhwok. Ahora, en palabras de Ajundzada, Afganistán ha logrado "la paz total" gracias a la doctrina islámica.
Esta visión contrasta con la de observadores independientes que han alertado de todo tipo de abusos a golpe de edictos y decretos, hasta el punto de emprender lo que relatores de Naciones Unidas han descrito como "un asalto implacable y creciente sobre los derechos y libertades fundamentales".
"Los talibán aplican un sistema institucionalizado de represión de género, aplasta a la disidencia, se cobra represalias y amordaza a los medios independientes mientras muestra un total desprecio por los Derechos Humanos, la igualdad y la no discriminación", han advertido estos expertos en un mensaje difundido con motivo del aniversario.
Las mujeres y las niñas han sido víctimas de este sistema y han quedado apartadas no sólo de los principales polos de poder político, sino también de de cualquier tipo de ámbito del espacio público, sin posibilidad de acceder por ejemplo a la educación superior.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) estima que el 80 por ciento de las mujeres periodistas han dejado de trabajar, mientras que quienes siguen lo hacen con miedo y bajo amenazas constantes o situaciones de censura. Cualquier acto de desobediencia, en el ámbito que sea, puede costarles la vida.
CASTIGOS PÚBLICOS
Los talibán han recuperado en este tiempo las ejecuciones y los castigos corporales en público, dentro de un mecanismo de represión en el que se han detectado casos de detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas y torturas. El sistema judicial y el penitenciario operan ahora con leyes a medida del islamismo más radical.
"Tras cuatro años de régimen talibán, lo que queda es un ordenamiento jurídico sumamente opaco y coercitivo que da prioridad a la obediencia frente a los derechos y al silencio frente a la verdad", ha lamentado la responsable de campañas de Amnistía Internacional para la región, Samira Hamidi, en un comunicado.
La población local, sin embargo, no se resigna a recuperar al menos parte de las libertades logradas en los 20 años en los que Afganistán vivió sin el yugo talibán. Una encuesta de ONU Mujeres señala que el 40 por ciento de la población femenina aún imagina "un futuro en el el cambio y la igualdad es posible".
La representante de esta agencia en Afganistán, Susan Ferguson, ha subrayado que esta muestra de esperanza "es un salvavidas y una estrategia política", "un acto personal de resistencia" en un país que sólo sirve ya a los intereses del reducido grupo político que lo controla desde Kabul.