Publicado 09/06/2025 12:18

Colombia.- El atentado contra Miguel Uribe revive las peores épocas de violencia política en Colombia

August 10, 2023, Bogota, Cundinamarca, Colombia: EDITOR NOTE: Date modified due to relevancy - Colombian senator Miguel Uribe Turbay is seen during a political gathering of the political party Centro Democratico on august 10, 2023 in Bogota, Colombia.
August 10, 2023, Bogota, Cundinamarca, Colombia: EDITOR NOTE: Date modified due to relevancy - Colombian senator Miguel Uribe Turbay is seen during a political gathering of the political party Centro Democratico on august 10, 2023 in Bogota, Colombia. - Europa Press/Contacto/Sebastian Barros

Hasta cuatro candidatos a las presidenciales de 1990 fueron asesinados en campaña

MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

El atentado del pasado fin de semana en Bogotá contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay ha revivido en el imaginario colectivo de Colombia recuerdos de épocas funestas, especialmente en la década de los 80 y 90, en las que la violencia y los asesinatos contra dirigentes políticos eran tan frecuentes como lo son ahora los que se cometen con impunidad sobre líderes sociales y campesinos.

La historia actual de Colombia se puede narrar a través de las muertes violentas de varios de sus protagonistas. Antes del inicio del conflicto armado con el nacimiento de las primeras guerrillas en los 60, el país transitó por una suerte de guerra civil no declarada que enfrentó al Partido Conservador y al Partido Liberal durante varias décadas que fueron definidas de forma ilustrativa como La Violencia.

Sin embargo, no fue hasta principios de los noventa cuando estas dinámicas alcanzaron su paroxismo, con el asesinato de hasta cuatro candidatos a las elecciones de 1990, en un momento además en el que los integrantes y seguidores de Unión Patriótica eran perseguidos y exterminados con la connivencia del Estado, tal y como décadas después se reconoció.

Más de 6.000 personas, entre militantes, seguidores y candidatos de Unión Patriótica --partido surgido tras unos acuerdos de paz de las FARC con el Gobierno en 1985-- murieron a manos de grupos armados y de las fuerzas del orden entre los años 80 y 90, entre ellos algunos de estos candidatos, como Jaime Pardo Leal.

Él estrena en 1987 esta luctuosa etapa marcada por asesinatos, sobre todo de líderes progresistas y de la izquierda colombiana, ejecutados por los cárteles de la droga, quienes también contaban con sus propias aspiraciones políticas, en especial en estos mismos espacios, tradicionalmente olvidados por el Estado.

Dos años más tarde correría la misma suerte Luis Carlos Galán, principal favorito para aquellas violentas elecciones de 1990, después de una campaña marcada por sus vehementes denuncias contra las estructuras del crimen organizado. Sicarios del Cartel de Medellín de Pablo Escobar acabaron con su vida, aunque el magnicidio contó con la participación de agentes corruptos del Estado y grupos paramilitares.

Curiosamente, su cuñada, Maruja Pachón, estuvo secuestrada con Diana Turbay, madre de Miguel Uribe, quien murió en 1991 durante la operación de rescate.

Los candidatos de la izquierda Bernardo Jaramillo --quien asumió el liderazgo de Unión Patriótica tras el homicidio de Pardo Leal-- y Carlos Pizarro --un antiguo comandante de la guerrilla M-19-- fueron los siguientes en ser asesinados.

Apenas un mes separó ambos asesinatos. Jaramillo, al igual que Miguel Uribe, fue tiroteado por un menor de edad, mientras que Pizarro murió en un avión cuando se desplazaba a un acto de campaña en Barranquilla. Colombia esperaría hasta 2022, con la llegada de Gustavo Petro, para tener un presidente progresista.

En aquellas elecciones de 1990 marcadas por la violencia se impuso el liberal César Gaviria al conservador Álvaro Gómez Hurtado, asesinado cinco años después. No fue hasta 2020, cuando las extintas FARC reconocieron estar detrás de lo ocurrido, si bien acusándole de ser uno de los responsables del conflicto armado interno.

Todas esas muertes fueron, si bien las más mediáticas, una pequeña parte de la violencia que asoló Colombia durante los años 90, con secuestros, asesinatos y atentados bomba a la orden del día, gran parte de los cuales quedaron en la más absoluta impunidad. Una lacra que persigue desde entonces a líderes sociales, campesinos, indígenas y guerrilleros arrepentidos de las FARC.

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