MADRID 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este viernes la reciente escalada de violencia en la frontera entre Camboya y Tailandia y ha apelado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que presione a los Gobiernos de ambos países a fin de garantizar una mayor protección de la población y la infraestructura civil, "amenazada por los combates" desatados este pasado jueves.
"En tan solo dos días, los enfrentamientos a lo largo de la frontera entre Camboya y Tailandia han causado la muerte y herido a civiles, incluidos niños, y han dañado instalaciones médicas y lugares religiosos y culturales", ha lamentado el director de incidencia política en Asia de HRW, John Sifton.
Sifton ha criticado que ninguna de las partes está prestando atención al Derecho Internacional Humanitario (DIH), lo que se ha traducido en "un gran coste para la población civil", motivo por el que la ONG ha insisitido en que "las autoridades tailandesas y camboyanas deben tomar todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y la infraestructura civil, tal como exige la ley".
La ONG ha recordado que las "leyes de la guerra obligan a las partes en conflicto a distinguir entre combatientes y civiles en todo momento" y ha insistido en que estas normas son "aplicables" al conflicto armado entre Camboya y Tailandia y que, por tanto, "los civiles nunca pueden ser blanco deliberado de ataques" en el marco de este enfrentamiento.
"Las partes beligerantes deben tomar todas las precauciones posibles para minimizar los daños a la población civil y a los bienes de carácter civil", ha reiterado HRW en un comunicado, incidiendo en la "grave amenaza" que supone --entre otras-- el uso de armas como las bombas de racimo.
"Las armas explosivas causan daños inmediatos a la población civil y sus estructuras. Los efectos reverberantes, o a largo plazo, incluyen daños a edificios e infraestructuras críticas que interfieren con servicios como la atención médica y la educación. También provocan desplazamientos de población y destruyen el patrimonio cultural y el medio ambiente", ejemplifica la organización.
Los enfrentamientos fronterizos entre ambos países estallaron horas después de que Tailandia anunciara una reducción de sus lazos diplomáticos con Camboya tras denunciar que cinco soldados resultaron heridos a causa de la explosión de una mina antipersona en la provincia limítrofe de Ubon Ratchathani (este), un hecho del que Nom Pen ha dado igualmente una versión diferente, después de meses de tensiones en la frontera.
El Senado de Camboya, en cambio, ha condenado de manera "inequívoca" que fue la "incursión armada" de las Fuerzas Armadas tailandesas la "que provocó enfrentamientos y puso en peligro la paz y la estabilidad" en un hostil escenario que, según el Gobierno de la provincia fronteriza de Oddar Meanchey, se ha cobrado al menos una víctima mortal.
Las relaciones entre las partes se han deteriorado después de que el pasado 28 de mayo un soldado camboyano muriera a manos de las fuerzas tailandesas en las proximidades del templo de Preah Vihear, situado en una zona en disputa entre los dos países, sin que los contactos desde entonces para reducir las tensiones hayan llegado a buen puerto.