Publicado 14/08/2025 09:39

El omeprazol NO es un protector de estómago: Riesgos de su uso indebido

Archivo - Hombre con dolor de estómago e intestino.
Archivo - Hombre con dolor de estómago e intestino. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / THARAKORN - Archivo

MADRID 14 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España (CGCOF) ha advertido que los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, no son protectores de estómago y calificarlos así puede fomentar un uso inadecuado como prevención general de los problemas digestivos y elevar el riesgo de reacciones adversas.

Los farmacéuticos han explicado que los IBP sirven para evitar la hipersecreción de ácido y, en el caso del omeprazol, el más popular, su empleo durante más de un año o a dosis elevadas se ha relacionado con reducción en los niveles de vitamina B12, que puede ocasionar un tipo de anemia; de magnesio, que podría causar debilidad muscular y calambres; y de calcio, que podría derivar en una osteoporosis e incremento del riesgo de fracturas.

Por ello, han insistido en que solo se utilice para su indicación autorizada y siempre bajo el asesoramiento de un profesional sanitario, a la menor dosis eficaz y durante el menor tiempo posible. Además, han aconsejado someterse a una reevaluación periódica de la necesidad de tratamiento, al menos, una vez al año.

En el caso del omeprazol sin prescripción médica, han apuntado que el tratamiento es de 20 mg una vez al día, preferentemente por la mañana media hora antes del desayuno, para el tratamiento de síntomas de reflujo gastroesofágico, y con una duración máxima de 14 días. Si en siete días no se nota mejoría de los síntomas, han indicado que se debe acudir al médico.

Desde el CGCOF han querido trasladar esta advertencia aprovechando la época estival, en la que el aumento de las temperaturas, las vacaciones y los viajes alteran el estilo de vida. Es común caer en excesos y desequilibrios nutricionales que desencadenan digestiones pesadas y síntomas como pesadez, estreñimiento, hinchazón o reflujo, entre otros.

FÁRMACOS DISPONIBLES

En este contexto, los farmacéuticos han detallado los tratamientos disponibles en farmacia y sin necesidad de receta para tratar este tipo de episodios.

Frente a la hinchazón, distensión abdominal, gases, eructos o flatulencias, los expertos han apuntado la utilidad de la simeticona, u otras siliconas en monoterapia de administración oral, que reduce la tensión superficial de las burbujas de gas en el sistema digestivo, favoreciendo su eliminación; así como de la dimeticona, siliconas en asociación con enzimas pancreáticas que facilitan la digestión a nivel intestinal; y del carbón activado, que actúa absorbiendo las partículas de gas a nivel intestinal.

En caso de que el problema sea estreñimiento, han enfatizado que los fármacos deben usarse cuando las medidas higiénico-dietéticas no funcionen. Si se da esta situación, lo indicado son los laxantes, que producen un aumento del tránsito colónico y/o reblandecimiento de las heces.

Para el reflujo o ardor estomacal, han precisado que los fármacos indicados dependen de la sintomatología específica. En concreto, se dividen en cuatro grupos, los alginatos; los antiácidos, como el almagato; los antagonistas H2, como la famotidina; y los ya mencionados inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol.

En último lugar, como tratamiento del dolor de tipo cólico han señalado que, siempre bajo consejo farmacéutico y durante períodos cortos de tiempo, se puede valorar el empleo de butilescopolamina, que reduce los espasmos en el tracto gastrointestinal y, por tanto, el dolor.

MEDIDAS HIGIÉNICO-DIETÉTICAS

Al margen del tratamiento farmacológico, desde el Consejo General han enfatizado que lo primero frente a este tipo de dolencias es adoptar medidas higiénico-dietéticas de prevención.

Entre ellas, es fundamental evitar, en la medida de lo posible, las comidas abundantes, los picantes y las salsas contundentes. Se pueden hacer entre cuatro y cinco comidas al día, pero con menos cantidad, y en horarios regulares. La dieta debe incluir más frutas, verduras y fibras y menos ultraprocesados y alimentos ricos en grasas, azúcares o aditivos.

A la hora de cocinar, los farmacéuticos han invitado a optar por la plancha, evitando fritos y rebozados. Mientras se come, se debe masticar con detenimiento los alimentos y dedicar el tiempo suficiente a la comida, entre 20 y 45 minutos.

Asimismo, han aconsejado que se mantenga una correcta hidratación, sobre todo en verano, intentando consumir de 1,5 a 2 litros de agua al día, es decir, de ocho a 10 vasos, e intentar beber, aunque no se tenga sed. Por último, es conveniente realizar ejercicio físico moderado, extremando las precauciones por altas temperatura.

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