Publicado 20/09/2025 20:47

Guterres alerta de los riesgos "cada vez mayores" que corre la población civil en El Fasher (Sudán)

September 16, 2025, New York, Ny, USA: NEW YORK, NEW YORK - SEPTEMBER 16: United Nations Secretary-General Antonio Guterres briefs reporters at UN Headquarters on the start of the 80th Session of the United Nations General Assembly in New York City. Guter
September 16, 2025, New York, Ny, USA: NEW YORK, NEW YORK - SEPTEMBER 16: United Nations Secretary-General Antonio Guterres briefs reporters at UN Headquarters on the start of the 80th Session of the United Nations General Assembly in New York City. Guter - Europa Press/Contacto/Luiz Rampelotto/Europanewswi

MADRID 21 Sep. (EUROPA PRESS) - El secretario general de Naciones Unidas, António Guteres, ha manifestado este sábado su profunda preocupación por la escalada de violencia y el deterioro de la situación en la región sudanesa de Darfur Norte y más concretamente en su capital, El Fasher, al tiempo que ha exigido a las partes en el conflicto el cese de las hostilidades y la protección de los civiles.

"El secretario general está gravemente alarmado por el rápido deterioro de la situación en El Fasher, en el Estado de Darfur Norte, y advierte de los riesgos cada vez mayores que corren los civiles atrapados en la zona (...), donde en las últimas semanas se han intensificado aún más los ataques que afectan a la población civil", ha expresado el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, en un comunicado.

El secretario ha subrayado que El Fasher lleva más de 500 días "bajo un asedio cada vez más estricto por parte de las Fuerzas de Apoyo Rápido" (RSF, por sus siglas en inglés) y ha denunciado que cada vez son más los residentes en campos de desplazados --como el de Abu Shouk-- que se ven obligados a huir "debido a los incesantes bombardeos e incursiones".

De hecho, según los informes de la organización, la realidad en los campos de desplazados más próximos a El Fasher "se ha deteriorado drásticamente desde que el año pasado el CIP detectó condiciones de hambruna en la zona". A ello se le suma el riesgo de violencia por motivos étnicos, que aumenta considerablemente a medida que los combatientes avanzan hacia la zona.

Así las cosas, el representante de Naciones Unidas ha exigido nuevamente el "cese inmediato de las hostilidades" en El Fasher, incidiendo en la necesidad de "respetar y proteger a los civiles" y de facilitar un "acceso humanitario seguro, sin obstáculos y sostenido" a la región, de conformidad con el Derecho Internacional Humanitario.

"Los civiles siguen llevándose la peor parte de este devastador conflicto. Los combates deben cesar ya. (Guterres) insta a las partes a que entablen rápidamente un diálogo genuino para lograr el cese inmediato de las hostilidades y a que reduzcan la violencia, incluso en El Fasher. Las partes deben volver a la mesa de negociaciones y encontrar una solución sostenible al conflicto", ha insistido Dujarric.

En este contexto, resulta esencial que la acción internacional se concentre en apoyo del pueblo de Sudán, ha agregado el secretario, quien ha asegurado que su enviado personal en el país, Ramtane Lamamra, "está dispuesto a apoyar los esfuerzos genuinos para poner fin al conflicto y establecer el proceso político integrador que exige el pueblo de Sudán".

Estas declaraciones llegan después de que el balance de víctimas mortales por el ataque perpetrado con un dron contra una mezquita en un campamento de desplazados ubicado en los alrededores de El Fasher haya aumentado a 70, en medio de la ofensiva de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) contra la localidad en la que el asedio "ya ha creado una grave crisis humanitaria" que ha interrumpido el acceso de alimentos, medicamentos y otros suministros vitales.

La guerra civil en el país africano estalló en abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir, ya dañado tras la asonada que derribó al entonces primer ministro, Abdalá Hamdok.

El conflicto, marcado por la intervención de varios países en apoyo a las partes en guerra, ha sumido al país en una de las mayores crisis humanitarias a nivel mundial, con millones de desplazados y refugiados y ante la alarma internacional por la propagación de enfermedades y los daños sufridos por infraestructuras críticas, que impiden atender a cientos de miles de damnificados.

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