MADRID 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
Pocas cosas dan más rabia que necesitar papel de aluminio y, al tirar del rollo, ver cómo se rompe y las capas se desordenan. En cuestión de segundos, el material se arruga, se atasca y obliga a desperdiciar varios metros antes de poder usarlo de nuevo. Sin embargo, hay un método que promete acabar con ese problema en apenas unos segundos y sin desperdiciar ni un centímetro más.
El truco lo comparte Darío Jozifek (@jozichef) en sus redes sociales, donde suele publicar consejos prácticos y recetas para el día a día. "La de tiempo que habré perdido en la vida por no saber esto", comenta mientras demuestra cómo aplicar el método, que muchos usuarios han calificado de "revolucionario" por su sencillez.
EL TRUCO DE LA BOLA DE ALUMINIO
El procedimiento no puede ser más simple: basta con arrancar un trozo del propio papel de aluminio, arrugarlo bien hasta formar una pequeña bola compacta y frotarla con firmeza sobre la zona donde el rollo se ha roto o las capas se han desordenado.
Al hacerlo, la fricción desprende las láminas mal alineadas y "suaviza" los bordes, permitiendo volver a tirar del rollo sin que se atasque ni se rasgue. En cuestión de segundos, el aluminio vuelve a quedar liso y utilizable, sin necesidad de desperdiciar material.
POR QUÉ FUNCIONA
El aluminio es un material maleable: sus capas finas se adhieren entre sí con facilidad, pero también se separan al aplicar una ligera fricción. Al frotar con otra superficie del mismo material -la bolita de aluminio-, se eliminan los bordes doblados y se recupera la uniformidad.
Este método evita tener que desechar rollos casi enteros por un simple enganchón y ahorra tanto tiempo como frustración. Además, es una forma práctica de reducir el desperdicio doméstico, especialmente ahora que el precio de los productos de cocina ha subido.